Estoy aquí y alzaré mi voz: Reyna Grande

En la página oficial de Reyna Grande, podemos ver su prolífica carrera literaria:

“Ha recibido varios premios, entre ellos el premio ‘American Book Award’, el Premio Aztlán, y el ‘Latino Book Award’. En 2012, fue finalista de los prestigiosos Premios Nacionales Book Critics Circle y en 2015 fue otorgada el Premio Luis Leal. Sus obras han sido publicadas en los Estados Unidos y a nivel internacional en países como Noruega, Corea del Sur, Mexico y Argentina.”

Sin embargo, su trabajo no es tan conocido en México, por ello desde el #EnjambreLiterario nos acercamos a ella para que fueran sus palabras y ninguna interpretación, la que nos describiera su proceso de creación literaria, su perspectiva sobre ser mexicanoamericana, la actual situación de Trump, e incluso su postura sobre el precio de los libros.

Tu obra está marcada por la migración y con el contexto que actualmente se vive en USA, parece imposible que hoy tu historia pudiera realizarse ¿cómo lo vives tú, cuál es tu percepción al respecto?

¿Te refieres a los éxitos que he tenido a pesar de todos los obstáculos? Es cierto que hoy en día las cosas están peores que cuando yo llegué a los EEUU. En los años ochenta hubo más oportunidad para legalizar nuestro estatus migratorio, especialmente gracias a la amnistía de Ronald Reagan. Ahora, los migrantes ya no tienen oportunidades, y con Trump, es casi imposible ya que él cada día cierra más y más puertas. Pero yo creo que aún existen oportunidades para superarse. Y pienso que los inmigrantes tenemos que seguir luchando por nuestros sueños a pesar de todo.

En tus libros veo diversos temas que no puedo dejar de relacionar con el papel tan importante que tienen las mujeres, en este caso las abuelas, las tías, «las otras madres» para sostener/cuidar a las y los hijos de quienes migran, pero cuando se habla de literatura relacionada con la migración, casi todo se cuenta desde otros lugares, como el narcotráfico, ¿a qué crees que se deba esto? ¿Eras consciente de que tú hablabas de esos otros espacios en donde las protagonistas eran las mujeres?

Desafortunadamente, temas como el narcotráfico es lo que se vende. Mira las películas de Hollywood. Si hay personajes latinos en las películas, son narcos o cualquier otro estereotipo.

Yo escribo sobre mis experiencias y las personas que me rodean. Escribo mucho sobre mi padre, pero tienes razón, casi todos mis personajes son mujeres. Mujeres malas que pusieron obstáculos frente mí, o mujeres buenas que me ayudaron alcanzar mis metas.

Desde las historias que nos relatas, parece que uno de los impedimentos para tener una vida mejor es «enamorarse» «tener responsabilidades de una familia» ¿cómo ves esto, a qué crees que se deba?

Enamorarse no es un impedimento —el problema es cuando cambian las prioridades—. Es importante no abandonar las metas para el futuro, sólo porque andas echando la baba por alguien. El matrimonio, los hijos, la familia, son cosas importantes, pero creo que debes tener cuidado de no dejar de perseguir la educación y la superación—y de no echarte la responsabilidad de ser esposa o madre tan joven—. Hay tiempo para todo. Todo a su tiempo.

Hay una escena muy fuerte, que pasa en La distancia entre nosotros pero en la que no ahondas mucho y es cuando el tío pide a Reyna un beso por una moneda y Reyna duda. En México hay datos de que son los familiares o personas cercanas quienes violentan a las niñas y cometen abusos sexuales, y en tu narración es muy duro, porque es algo que se menciona, pero que dejas ahí como una semilla que germina en nuestra mente, ¿cómo fue para ti escribir sobre esta anécdota?

Cuando pienso en mi tío, me da un mal sabor en la boca. Son malos recuerdos. Me da asco. Estoy agradecida que no pasó a mayores y que besos fue lo más que me robó. En los EEUU estamos viendo un movimiento contra esas personas que cometen abusos sexuales. Hay más apoyo hacia las víctimas.

Ojalá y logremos hacer cambios radicales en la sociedad donde los hombres dejen de acosar a las mujeres y abusar de ellas. Y que los que lo hacen paguen muy caro por sus errores.

En el prólogo de La distancia entre nosotros pones una frase demoledora: «Ninguna de mis abuelas nos dijo que había algo más poderoso que la Llorona -un poder que se lleva a los padres, no a los hijos. Se llama Estados Unidos.”¿ Cómo lo piensas ahora, de qué manera traducirías esto en tiempos de Trump?

Pues cuando era niña, yo veía a los EEUU como un poder que se roba a los padres. Es un país donde la gente va a tratar de encontrar una vida mejor. A pesar de Trump, el país continúa siendo un lugar que sigue atrayendo gente porque la realidad es que hay mucha pobreza y falta de oportunidades es otros países, como mi México. Creo que mientras siga habiendo desigualdad, pobreza, opresión, corrupción, y violencia; la gente va a seguir migrando. Padres van a seguir dejando a sus hijos para ir a encontrar algo mejor para ellos.

En tu texto hay una desmitificación de las madres mexicanas como aquellas madres que dan la vida por sus hijos, las muestras más humanas, con errores, con toda su humanidad de frente, e incluso tú dices que en tu vida adulta lo entiendes, ¿hubiera sido mejor para ti quedarte en México con una familia unida o agradeces todo lo que pasaste? ¿Cuál sería el aprendizaje?

Una cosa que me quedó muy claro cuando escribí La distancia entre nosotros es que lo que me pasó—aunque feo y doloroso—me llevó hasta aquí, en este momento en donde estoy en mi vida. Soy una mujer con una carrera maravillosa. Tengo títulos universitarios. Tengo una familia, un hogar. La verdad no tengo nada de qué quejarme. No tuviera la vida que ahora tengo si no hubieran pasado las cosas como pasaron.
Al terminar el libro, dejé de avergonzarme y de arrepentirme de mi pasado. Al final de cuentas, yo sé que hice lo mejor que pude para sobrevivir y sobresalir.

Desafortunadamente mi madre tomó unas decisiones que afectaron nuestra relación para siempre. Yo no tuve la mamá ideal, la mamá que sacrifica todo por sus hijos. Y no quisiera tener esa madre. Nunca pedí que mi madre sacrificara nada por mí, solo que me diera su amor y su apoyo, Pero eso me lo negó. Yo ahora soy madre también, y yo no sacrifico mis sueños ni mi carrera por mis hijos. Pero ellos saben que los amo y que los apoyaré siempre.

En otro de tus libros, cuentas la parte en la que te vuelves una escritora, tu independencia, tu asimilación como una mujer migrante, de pertenecer a dos lugares (la anécdota sobre cómo tu primer libro escolar no fue elegido porque no hablabas inglés, es muy ilustrativa y cómo te decían que escribías sobre puros clichés en la universidad). Ahora, a la distancia, ¿cómo miras ésto? ¿Pasa lo mismo ahora con escritores latinos o sientes que de verdad hay más apertura a escuchar otras historias?

Creo que las cosas han mejorado para los escritores latinos, pero todavía falta mucho por cambiar y mejorar. Todavía seguimos luchando contra la discriminación en el mundo literario. Ahorita—gracias a Trump—se ha visto más interés por nuestras historias. La gente que está contra Trump, esa es la gente que exige más diversidad y más voces multiculturales en todo, incluso en la literatura.

Las experiencias que pasé de niña y esos rechazos y críticas que mencionas me enseñaron a luchar por mi escritura, a no dejar que nada ni nadie me quite mi voz y me haga callar. Estoy aquí y alzaré mi voz.

¿Cómo han recibido tus libros en USA, quién es tu público, quién te lee?

Mi carrera de escritora va muy bien. Mis libros, especialmente La distancia entre nosotros, se ha vendido bastante bien, especialmente en las escuelas y universidades. Ya el libro se ha hecho parte del currículo de muchos salones. Me leen estudiantes por todo el país, maestros, clubs de lectura. Aquí muchas ciudades tienen un programa en donde escogen a un libro en común para que toda la comunidad lo lea, y me ha tocado ser la escritora que eligen para esos programas. También en las universidades escogen un libro en común para que todos los estudiantes (o los de primer año) lean el libro, y por fortuna, muy seguido escogen el mío.

¿Has intentado o tenido oportunidad de tener contacto con el público mexicano, cómo te han recibido, cómo pueden saber en México y otras partes del mundo sobre tu obra y cómo pueden adquirirla?

Tuve la gran fortuna de finalmente encontrar una editorial en Mexico que se interesó por mi trabajo. La editorial Vergara y Riba publicó la versión juvenil de La distancia entre nosotros el año pasado. Fue la primera vez que el público mexicano tuvo acceso a mi trabajo. En noviembre 2017, fui a la feria de Oaxaca a presentar mi obra y me recibieron muy bien.

Lo que me dio tristeza es que en México comprar un libro es un lujo. Muchos mexicanos ganan muy poco, unos 100 pesos al día, y mi libro cuesta 220 pesos. Son dos días de trabajo, lo que vale mi libro. Entonces leer es un lujo, y me da mucha tristeza que el dinero nada más alcanza para alimentar al cuerpo y no a la mente y la creatividad.

Mi libros también se vende en Argentina, en Noruega y Corea del Sur. Ojalá y estuvieran disponible por todo el mundo.

¿Consideras que tu obra debe de enmarcarse dentro de la literatura chicana o crees que esta etiqueta hace que no llegues a públicos más amplios?

Me da orgullo que la incluyan en la literatura Chicana, pero también me gustaría ser parte de la literatura mexicana y la literatura estadounidense. Creo que los inmigrantes deben tener un lugar en la literatura estadounidense porque nuestras experiencias reflejan la experiencia estadounidense. Pero al fin de cuentas, lo que escribo son historias que reflejan la experiencia de la humanidad. Todos somos humanos, no importa el color de nuestra piel.

¿Has vuelto a México, cuál es tu relación tanto profesional como personalmente con México?

Voy a México cada año, a veces dos veces al año. Me gusta ir a visitar a mi familia—mis tíos y primos y los hijos de mis primos. Pero es peligroso. Mi estado de Guerrero es el estado más violento de México y uno de los más pobres. Siempre que vo ando con miedo de que algo vaya a pasar.

Profesionalmente he tenido la oportunidad de visitar otros lugares para presentar mi trabajo. En el 2018 fui a San Miguel de Allende, Guadalajar, y Morelia.

¿Qué ha supuesto para ti ganar el American Book Award, qué puertas te ha abierto, cuáles siguen sin abrirse?

Los premios son muy buenos para que te tomen un poco más serio como escritora. Pero yo no estoy esperando ganar premios. Si los gano los celebro, y si no, pues ni modo, yo voy a seguir trabajando y haciendo lo mejor que puedo para escribir buenos libros.

¿Qué sigue para Reyna, qué escribe ahora, cuáles son tus planes? ¿Has pensado en el mercado europeo?

Me encantaría que el mercado europeo se interese en mi trabajo. Pero no tengo mucho acceso a ese mercado. Tengo una fantasía de irme a vivir a españa. Espero que lo pueda lograr algún día. Cuando voy a Mexico y me oyen hablar español me dicen: ¿Eres estadounidense? Porque según no hablo como mexicana. Pero cuando fui a Madrid hace tres años, los españoles me preguntaron ¿Eres Mexicana? Porque allá sí me oyen el acento Mexicano. Allá en españa si me aceptan como Mexicana.

Ahorita estoy trabajando en una novela sobre la Guerra entre México y los Estados Unidos. Espero poder terminarla en uno o dos años.