Estoy aquí y alzaré mi voz: Reyna Grande

En la página oficial de Reyna Grande, podemos ver su prolífica carrera literaria:

“Ha recibido varios premios, entre ellos el premio ‘American Book Award’, el Premio Aztlán, y el ‘Latino Book Award’. En 2012, fue finalista de los prestigiosos Premios Nacionales Book Critics Circle y en 2015 fue otorgada el Premio Luis Leal. Sus obras han sido publicadas en los Estados Unidos y a nivel internacional en países como Noruega, Corea del Sur, Mexico y Argentina.”

Sin embargo, su trabajo no es tan conocido en México, por ello desde el #EnjambreLiterario nos acercamos a ella para que fueran sus palabras y ninguna interpretación, la que nos describiera su proceso de creación literaria, su perspectiva sobre ser mexicanoamericana, la actual situación de Trump, e incluso su postura sobre el precio de los libros.

Tu obra está marcada por la migración y con el contexto que actualmente se vive en USA, parece imposible que hoy tu historia pudiera realizarse ¿cómo lo vives tú, cuál es tu percepción al respecto?

¿Te refieres a los éxitos que he tenido a pesar de todos los obstáculos? Es cierto que hoy en día las cosas están peores que cuando yo llegué a los EEUU. En los años ochenta hubo más oportunidad para legalizar nuestro estatus migratorio, especialmente gracias a la amnistía de Ronald Reagan. Ahora, los migrantes ya no tienen oportunidades, y con Trump, es casi imposible ya que él cada día cierra más y más puertas. Pero yo creo que aún existen oportunidades para superarse. Y pienso que los inmigrantes tenemos que seguir luchando por nuestros sueños a pesar de todo.

En tus libros veo diversos temas que no puedo dejar de relacionar con el papel tan importante que tienen las mujeres, en este caso las abuelas, las tías, «las otras madres» para sostener/cuidar a las y los hijos de quienes migran, pero cuando se habla de literatura relacionada con la migración, casi todo se cuenta desde otros lugares, como el narcotráfico, ¿a qué crees que se deba esto? ¿Eras consciente de que tú hablabas de esos otros espacios en donde las protagonistas eran las mujeres?

Desafortunadamente, temas como el narcotráfico es lo que se vende. Mira las películas de Hollywood. Si hay personajes latinos en las películas, son narcos o cualquier otro estereotipo.

Yo escribo sobre mis experiencias y las personas que me rodean. Escribo mucho sobre mi padre, pero tienes razón, casi todos mis personajes son mujeres. Mujeres malas que pusieron obstáculos frente mí, o mujeres buenas que me ayudaron alcanzar mis metas.

Desde las historias que nos relatas, parece que uno de los impedimentos para tener una vida mejor es «enamorarse» «tener responsabilidades de una familia» ¿cómo ves esto, a qué crees que se deba?

Enamorarse no es un impedimento —el problema es cuando cambian las prioridades—. Es importante no abandonar las metas para el futuro, sólo porque andas echando la baba por alguien. El matrimonio, los hijos, la familia, son cosas importantes, pero creo que debes tener cuidado de no dejar de perseguir la educación y la superación—y de no echarte la responsabilidad de ser esposa o madre tan joven—. Hay tiempo para todo. Todo a su tiempo.

Hay una escena muy fuerte, que pasa en La distancia entre nosotros pero en la que no ahondas mucho y es cuando el tío pide a Reyna un beso por una moneda y Reyna duda. En México hay datos de que son los familiares o personas cercanas quienes violentan a las niñas y cometen abusos sexuales, y en tu narración es muy duro, porque es algo que se menciona, pero que dejas ahí como una semilla que germina en nuestra mente, ¿cómo fue para ti escribir sobre esta anécdota?

Cuando pienso en mi tío, me da un mal sabor en la boca. Son malos recuerdos. Me da asco. Estoy agradecida que no pasó a mayores y que besos fue lo más que me robó. En los EEUU estamos viendo un movimiento contra esas personas que cometen abusos sexuales. Hay más apoyo hacia las víctimas.

Ojalá y logremos hacer cambios radicales en la sociedad donde los hombres dejen de acosar a las mujeres y abusar de ellas. Y que los que lo hacen paguen muy caro por sus errores.

En el prólogo de La distancia entre nosotros pones una frase demoledora: «Ninguna de mis abuelas nos dijo que había algo más poderoso que la Llorona -un poder que se lleva a los padres, no a los hijos. Se llama Estados Unidos.”¿ Cómo lo piensas ahora, de qué manera traducirías esto en tiempos de Trump?

Pues cuando era niña, yo veía a los EEUU como un poder que se roba a los padres. Es un país donde la gente va a tratar de encontrar una vida mejor. A pesar de Trump, el país continúa siendo un lugar que sigue atrayendo gente porque la realidad es que hay mucha pobreza y falta de oportunidades es otros países, como mi México. Creo que mientras siga habiendo desigualdad, pobreza, opresión, corrupción, y violencia; la gente va a seguir migrando. Padres van a seguir dejando a sus hijos para ir a encontrar algo mejor para ellos.

En tu texto hay una desmitificación de las madres mexicanas como aquellas madres que dan la vida por sus hijos, las muestras más humanas, con errores, con toda su humanidad de frente, e incluso tú dices que en tu vida adulta lo entiendes, ¿hubiera sido mejor para ti quedarte en México con una familia unida o agradeces todo lo que pasaste? ¿Cuál sería el aprendizaje?

Una cosa que me quedó muy claro cuando escribí La distancia entre nosotros es que lo que me pasó—aunque feo y doloroso—me llevó hasta aquí, en este momento en donde estoy en mi vida. Soy una mujer con una carrera maravillosa. Tengo títulos universitarios. Tengo una familia, un hogar. La verdad no tengo nada de qué quejarme. No tuviera la vida que ahora tengo si no hubieran pasado las cosas como pasaron.
Al terminar el libro, dejé de avergonzarme y de arrepentirme de mi pasado. Al final de cuentas, yo sé que hice lo mejor que pude para sobrevivir y sobresalir.

Desafortunadamente mi madre tomó unas decisiones que afectaron nuestra relación para siempre. Yo no tuve la mamá ideal, la mamá que sacrifica todo por sus hijos. Y no quisiera tener esa madre. Nunca pedí que mi madre sacrificara nada por mí, solo que me diera su amor y su apoyo, Pero eso me lo negó. Yo ahora soy madre también, y yo no sacrifico mis sueños ni mi carrera por mis hijos. Pero ellos saben que los amo y que los apoyaré siempre.

En otro de tus libros, cuentas la parte en la que te vuelves una escritora, tu independencia, tu asimilación como una mujer migrante, de pertenecer a dos lugares (la anécdota sobre cómo tu primer libro escolar no fue elegido porque no hablabas inglés, es muy ilustrativa y cómo te decían que escribías sobre puros clichés en la universidad). Ahora, a la distancia, ¿cómo miras ésto? ¿Pasa lo mismo ahora con escritores latinos o sientes que de verdad hay más apertura a escuchar otras historias?

Creo que las cosas han mejorado para los escritores latinos, pero todavía falta mucho por cambiar y mejorar. Todavía seguimos luchando contra la discriminación en el mundo literario. Ahorita—gracias a Trump—se ha visto más interés por nuestras historias. La gente que está contra Trump, esa es la gente que exige más diversidad y más voces multiculturales en todo, incluso en la literatura.

Las experiencias que pasé de niña y esos rechazos y críticas que mencionas me enseñaron a luchar por mi escritura, a no dejar que nada ni nadie me quite mi voz y me haga callar. Estoy aquí y alzaré mi voz.

¿Cómo han recibido tus libros en USA, quién es tu público, quién te lee?

Mi carrera de escritora va muy bien. Mis libros, especialmente La distancia entre nosotros, se ha vendido bastante bien, especialmente en las escuelas y universidades. Ya el libro se ha hecho parte del currículo de muchos salones. Me leen estudiantes por todo el país, maestros, clubs de lectura. Aquí muchas ciudades tienen un programa en donde escogen a un libro en común para que toda la comunidad lo lea, y me ha tocado ser la escritora que eligen para esos programas. También en las universidades escogen un libro en común para que todos los estudiantes (o los de primer año) lean el libro, y por fortuna, muy seguido escogen el mío.

¿Has intentado o tenido oportunidad de tener contacto con el público mexicano, cómo te han recibido, cómo pueden saber en México y otras partes del mundo sobre tu obra y cómo pueden adquirirla?

Tuve la gran fortuna de finalmente encontrar una editorial en Mexico que se interesó por mi trabajo. La editorial Vergara y Riba publicó la versión juvenil de La distancia entre nosotros el año pasado. Fue la primera vez que el público mexicano tuvo acceso a mi trabajo. En noviembre 2017, fui a la feria de Oaxaca a presentar mi obra y me recibieron muy bien.

Lo que me dio tristeza es que en México comprar un libro es un lujo. Muchos mexicanos ganan muy poco, unos 100 pesos al día, y mi libro cuesta 220 pesos. Son dos días de trabajo, lo que vale mi libro. Entonces leer es un lujo, y me da mucha tristeza que el dinero nada más alcanza para alimentar al cuerpo y no a la mente y la creatividad.

Mi libros también se vende en Argentina, en Noruega y Corea del Sur. Ojalá y estuvieran disponible por todo el mundo.

¿Consideras que tu obra debe de enmarcarse dentro de la literatura chicana o crees que esta etiqueta hace que no llegues a públicos más amplios?

Me da orgullo que la incluyan en la literatura Chicana, pero también me gustaría ser parte de la literatura mexicana y la literatura estadounidense. Creo que los inmigrantes deben tener un lugar en la literatura estadounidense porque nuestras experiencias reflejan la experiencia estadounidense. Pero al fin de cuentas, lo que escribo son historias que reflejan la experiencia de la humanidad. Todos somos humanos, no importa el color de nuestra piel.

¿Has vuelto a México, cuál es tu relación tanto profesional como personalmente con México?

Voy a México cada año, a veces dos veces al año. Me gusta ir a visitar a mi familia—mis tíos y primos y los hijos de mis primos. Pero es peligroso. Mi estado de Guerrero es el estado más violento de México y uno de los más pobres. Siempre que vo ando con miedo de que algo vaya a pasar.

Profesionalmente he tenido la oportunidad de visitar otros lugares para presentar mi trabajo. En el 2018 fui a San Miguel de Allende, Guadalajar, y Morelia.

¿Qué ha supuesto para ti ganar el American Book Award, qué puertas te ha abierto, cuáles siguen sin abrirse?

Los premios son muy buenos para que te tomen un poco más serio como escritora. Pero yo no estoy esperando ganar premios. Si los gano los celebro, y si no, pues ni modo, yo voy a seguir trabajando y haciendo lo mejor que puedo para escribir buenos libros.

¿Qué sigue para Reyna, qué escribe ahora, cuáles son tus planes? ¿Has pensado en el mercado europeo?

Me encantaría que el mercado europeo se interese en mi trabajo. Pero no tengo mucho acceso a ese mercado. Tengo una fantasía de irme a vivir a españa. Espero que lo pueda lograr algún día. Cuando voy a Mexico y me oyen hablar español me dicen: ¿Eres estadounidense? Porque según no hablo como mexicana. Pero cuando fui a Madrid hace tres años, los españoles me preguntaron ¿Eres Mexicana? Porque allá sí me oyen el acento Mexicano. Allá en españa si me aceptan como Mexicana.

Ahorita estoy trabajando en una novela sobre la Guerra entre México y los Estados Unidos. Espero poder terminarla en uno o dos años.

Wendy Treviño: «Personalmente, odiaría que mi sueldo dependiera de mi trabajo creativo.»

1. ¿Cuál es tu postura respecto al copyright como escritora y por qué decidiste compartir tu trabajo para que se pudiera leer/descargar en línea?

Considero que mi escritura se entiende mejor cuando existe una conversación o hay una relación con el trabajo de otros escritores y escritoras, por lo tanto, no puedo y no me gustaría “poseer” los derechos de ninguna conversación. Por esa razón, a mí me importa más el hecho de mantener dicha conversación que el tema de la “propiedad”. Para mí es extremadamente importante que mi trabajo literario atraiga y encuentre audiencia y el hecho de que lo que yo escribo se encuentre en línea y esté disponible de manera gratuita, aumenta la posibilidad de generar más conversaciones.

2. ¿Y sobre el Creative Commons, ves deficiencias y dificultades para que se utilice esta modalidad en la difusión de la literatura?

No creo que haya deficiencias respecto a la modalidad Creative Commons, lo que sucede es que para las editoriales dominantes la lógica de pensamiento es la obtención de “resultados” y siempre que sea necesario obtener un beneficio, hay pocos incentivos para que deseen abandonar la forma en que actualmente hacen negocios. Ésta es una de las razones por las cuales las editoriales independientes son tan importantes, porque son más libres de promocionar a escritores nuevos o que al mercado no le interesan.

3. ¿Cuál sería tu apuesta respecto a la difusión del trabajo literario (escribir) pensando en que como trabajo profesional está precarizado pero entendiendo, -de entenderse así- que la producción de conocimiento y artística no debe de responder a la lógica del mercado?

Creo que a la gran mayoría de la gente le gustaría hacer lo que sea que aman a tiempo completo y poder pagar sus cuentas. Lo entiendo, pero para ser sincera, no creo que a mí me guste, no mientras vivamos en el sistema capitalista. Personalmente, odiaría que mi sueldo dependiera de mi trabajo creativo. Creo que eso haría que mi trabajo fuera mucho menos creativo y mi proceso de escritura mucho menos satisfactorio. Estaría produciendo un trabajo literario por el bien de producir y es difícil sentirse inspirada por eso.

Aunque también creo que no es posible escribir o crear arte sin que se vea afectado por la lógica del mercado.

4. ¿Qué necesitamos? ¿Necesitamos leyes que regulen los derechos laborales de escritoras y escritores, necesitamos un cambio de paradigma respecto a cómo se concibe la literatura y su difusión?

Necesitamos tener una relación completamente diferente con lo que producimos. El capitalismo tiene que terminar. No hay forma de evitarlo.

5. ¿Cuál sería tu postura como escritora/editora respecto a la forma en que actualmente se vive (corporal e intelectualmente) la literatura escrita de manera independiente?

Al menos en lo que respecta a la poesía, si tú quieres ver a dónde va el arte, tienes que buscarlo en el trabajo que realizan los editores independientes, es ahí donde tienes que prestar atención, porque mientras los editores de editoriales monopólicas “van a lo seguro” e invierten mucho en un pequeño número de escritores establecidos, los editores independientes se centran en la creatividad y en la originalidad y no sólo en las ventas; por lo tanto, siempre buscan escritores y escritoras con talento, sean conocidos o no. Mi experiencia personal es que estos libros son los que más inspiran a la gente a escribir, en parte porque tienden a involucrar directamente a los lectores a través de la participación en las lecturas de poesía o presentaciones de libros.

Considero que sin escritores y escritoras editados por las independientes, habría muchas menos conferencias, festivales y lecturas. “La vida de escritor/a” implicaría escribir pero no tendría mucha vida.


Wendy Treviño nació y creció en el Valle del Río Grande al sur de Texas. Vive en San Francisco donde comparte un departamento con su novio, amigo & dos gatos adultos. Ha publicado chapbooks con Perfect Lovers Press, Commune Editions y Krupskaya Books. Su chapbook «#YourHarveyWeinstein» fue publicado por Spoilsport Editions (una editorial en línea que inició con la escritora Oki Sogumi) en 2017. Su primer libro de poesía de formato largo, Cruel Fiction, ha sido publicado por Commune Editions en otoño del 2018. Además, su libro Brazilian no es una raza (2018) ha sido traducido por David Rojas Azules y publicado por #EnjambreLiterario.

Zazil Collins y el problema de la ilegalidad estatal en la literatura mexicana

¿Cuál es tu postura respecto al copyright como escritora y por qué decidiste compartir tu trabajo para que se pudiera leer/descargar en línea?

Prefiero que estén al alcance de cualquiera, en cualquier momento, que arrumbados en una bodega; opté también por digitalizar mis libros y venderlos en línea, a sabiendas del escaso porcentaje de ventas, porque en México el derecho de autor no es respetado tampoco; a diferencia de otras legislaciones a nivel global, en México las regalías por uso o venta de una propiedad intelectual no son pagadas. Hay gremios que han peleado por ello, claro, como los compositores, pero las editoriales y los autores literarios hemos, de cierta forma, «cedido» la pugna porque legislativamente estamos desprotegidos por el Estado, intelectual y socialmente.

«Los mejores versos se pierden al aire» es una línea de mi poema Sipofene (La tinta del silencio, 2016), en la que concluyo que, para mí, la creación (mi trabajo literario) responde al Instante. Lucho con el cometido de aprehenderlo, de tomar esos momentos en el tiempo justo, pero encontrar el hallazgo no siempre se logra, pese a la voluntad; partiendo de ahí, soy consciente de que el desprendimiento es parte inherente de los procesos creativos, por ende considero que la creación es un acto de entrega, y en un sentido todavía más profundo, un acto de colectivización, de ahí que decidiera subir a la red todos mis libros de poesía. Esto responde también a la escasa difusión que la literatura, y más los libros de poesía, convocan.

Y sobre el concepto de Creative Commons, ¿le ves deficiencias y dificultades para que se utilice esta modalidad en la difusión de la literatura?

Siempre y cuando los usuarios den crédito a los autores, es eficaz para nuestros trabajos. Me gustaría que existiera ese marco legal para que el trabajo de los autores sea reconocido de forma retributiva también, pero como ya he mencionado, en México, la propia institución encargada de la recaudación de impuestos, es incapaz de asegurar que los impuestos de los que como autores estamos por ley eximidos nos sean respetados. Uno de mis libros es una publicación de Conaculta y el Instituto Sudcaliforniano de Cultura, por principio, ese libro debería ser de acceso público, de forma obligatoria; pero como dichas instituciones no preservan o incentivan esto, al caducar los años de sus derechos sobre la obra, tras ser un libro premiado, lo subí a la red para su lectura libre. Faltaba más.

¿Cuál sería tu apuesta respecto a la difusión del trabajo literario (escribir) pensando en que como trabajo profesional está precarizado pero entendiendo, de entenderse así, que la producción de conocimiento y artística no debe de responder a la lógica del mercado?

Mi apuesta es luchar porque el trabajo escritural sea respetado como un trabajo legal; no sólo es un trabajo precarizado, es un trabajo violentado. Legalmente, en México, los autores, por poner un ejemplo, no debemos pagar el impuesto del I.V.A., sin embargo, ninguna empresa, incluyendo empresas editoriales y las propias instituciones gubernamentales, lo respeta; fuera de esto, autores y artistas, en general, no contamos con ningún tipo de seguridad social por nuestro trabajo, incluso si es público (editado, premiado por una institutición cultural gubernamental). Aquí hay un problema no sólo teórico sino de ilegalidad estatal, fuera de los términos de la lógica del mercado que mencionas. Y no hablo, hasta ahora, de ningún subsidio, sino de obligaciones que un trabajo debe cubrir por parte de un empleador, exhibiendo las condiciones de un contrato frente al Estado. Ahora, si hablamos de lógica de mercado, entendiendo por ello, empresas privadas, además de los financiamientos públicos no estatales, mi apuesta va también a la inclusión de espacios no tradicionales para la difusión literaria: radio, televisión, música, teatros, parques, espacios públicos en general.

¿Qué necesitamos? ¿Necesitamos leyes que regulen los derechos laborales de escritoras y escritores, necesitamos un cambio de paradigma respecto a cómo se concibe la literatura y su difusión?

La ley, en general, lo regula, pero no es respetada. Necesitamos instituciones y funcionarios que formulen leyes que penalicen a quienes no respetan la ley. Necesitamos también que la sociedad comprenda la función de un creador y respete su trabajo; mientras una sociedad no genere un marco conceptual donde los creadores -sus obras- sean un eje cultural, social y económico, además de un plus moral, como a muchos les gusta creer, nuestro trabajo seguirá siendo igual de precario. Yo preguntaría por qué, en mi caso, una escritora/escritor no es valorizado como un actor que narra su cotidianidad: sus inquietudes, sus miedos, sus dudas, sus anhelos. Esto responde también al desapego que le tenemos a nuestras historias emocionales y afectos. La ideología del éxito que tenemos introyectada ha bloqueado esa conexión-reconocimiento con nuestra emotividad.

La literatura no responde a una lógica; mucho menos la poesía. La poesía cuestiona todo el tiempo, esa es su función: incidir en aquello que no es comprensible, y está frente a nosotros. Los poetas hemos aceptado que nuestra vida es tratar de aprehender ese instante, tratar de compartir quiénes somos, con todas las contradiciones que representamos. Para mí, es la forma más pura del amor, porque sabemos que la felicidad es una lucha -o muchas luchas-, pero queremos que todos resistan con nosotros, y creen en la belleza que una colectividad -un bien común- puede construir. Quisiera transmitirlo en cada palabra que medito al escribir un poema.

¿Cuál sería tu postura como escritora/editora respecto a la forma en que actualmente se vive (corporal e intelectualmente) la literatura escrita de manera independiente?

Mi postura es, más que nunca, que la libertad de expresión, el disenso y el cuestionamiento deben ser ejes. Cuando ética y libertad son -o intentan ser- manipuladas nuestro trabajo es corrompido. Cuando comenzamos a autocensurarnos, por cualquier tipo de miedo, contribuimos a la homogenización que todo sistema capitalista e ideológico busca imponer. Como poeta y editora, busco proyectar la voz que me ha sido silenciada históricamente sólo por el hecho de ser mujer, y las voces de quienes no tienen históricamente un espacio, al menos en la sociedad donde radico.


Zazil Alaíde Collins (México, 1984) Es autora de los libros de poesía Junkie de nada (Lenguaraz, 2009), No todas las islas (Conaculta-Instituto Sudcaliforniano de Cultura, 2012), Premio Estatal de Poesía Ciudad de La Paz (Baja California Sur), El corazón, tan cerca de la boca (Abismos-Mantarraya, 2014) y Sipofene (La tinta del silencio, 2016); premio Poesía en Voz Alta 2017 (Literatura UNAM). Parte de su obra ha sido traducida al inglés y al árabe, y seleccionada para Descarga Cultura UNAM, los paréntesis poéticos de Central Once (Once TV-IPN), así como la Antología general de la poesía mexicana: De la segunda mitad del siglo XX a nuestros días (Océano, 2014). Actualmente, es radio DJ y coedita el proyecto bilingüe Músicos en la Ciudad de México, junto al músico Todd Clouser. The Ofi Press publicará próximamente Pink: Dance Poems, su más reciente libro.
Web: http://zazilcollins.com


©Kenneyrha Fotografía

Isabel Zapata y la poesía en digital

¿Cuál es tu postura respecto al copyright como escritora y por qué decidiste compartir tu trabajo para que se pudiera leer/descargar en línea?

Es una postura completamente abierta: como escritora, me late que mi trabajo esté al alcance de quien quiera leerlo, meterle mano y hacerlo suyo. En parte, eso se debe a que mi proceso creativo funciona un poco así: busco el contagio en mucho de lo que leo y traduzco. Tomo un montón de cosas prestadas no sólo de escritores y escritoras que me gustan, sino de artistas de otras disciplinas y de especialistas en otros campos (ahora que estoy escribiendo sobre animales, por ejemplo, disfruto mucho leer textos científicos o históricos sobre ellos). Ese diálogo me parece enriquecedor y no me molesta para nada que a algunos textos se le noten un poco las costuras.

Eso tiene mucho que ver con porqué decidí publicar un libro de poemas digital,«Las noches son así», que se puede leer y descargar en línea gratuitamente. La editorial que lo hizo se llama Broken English y su trabajo es todo digital y de libre distribución, lo cual ha sido para mí una experiencia muy distinta a otras que había tenido como escritora y como editora. He podido ser testigo de la manera en que se mueve este tipo de material en internet y del tipo de colaboraciones a las que da pie, muy frescas y enriquecedoras. Además, en el caso de la poesía creo que esto tiene especial sentido, porque se lee en pantalla muy cómodamente y se distribuye con facilidad: el libro se ha descargado y «visitado» (se puede leer como ePub o en la página de internet) un montón de veces más de las que se hubiera vendido un libro físico.

Y sobre el concepto de Creative Commons, ¿le ves deficiencias y dificultades para que se utilice esta modalidad en la difusión de la literatura?

Pues más que deficiencias, la dificultad está en que las grandes editoriales se resisten mucho todavía. Y se entiende, de cierto modo, porque su esquema está basado en el rendimiento comercial que pueda tener un libro y el CC le da al traste a eso. Es la misma razón por la que no publican géneros que no se venden tanto: dinero, dinero, dinero.

Por eso es tan importante que existan editoriales más pequeñas que, por decirlo de algún modo, cubran esos huecos y publiquen libros que no necesariamente respondan a estas lógica pero que no por eso tienen menos valor. Al contrario, muchas de esas propuestas son justamente de lo más chingón que se está haciendo en la actualidad.

¿Cuál sería tu apuesta respecto a la difusión del trabajo literario (escribir) pensando en que como trabajo profesional está precarizado pero entendiendo, de entenderse así, que la producción de conocimiento y artística no debe de responder a la lógica del mercado?

Claro, ésa es la gran contradicción: ¿cómo le hace alguien que quiere dedicarse a escribir de tiempo completo (y compartir lo que escribe fuera de los grandes consorcios editoriales) para pagar la renta? La verdad es que no lo sé. Yo, al menos, no conozco a nadie que lo haya logrado. Todos los escritores que conozco tienen otros trabajos: son editores, traductores, correctores, trabajan en agencias de publicidad, etc.

Sinceramente no sé cuál sea la solución a eso. Me gustaría decir que la producción de conocimiento y artística no debe de responder a la lógica del mercado, como dices, pero ¿será eso posible en el corto, mediano plazo?

¿Qué necesitamos? ¿Necesitamos leyes que regulen los derechos laborales de escritoras y escritores, necesitamos un cambio de paradigma respecto a cómo se concibe la literatura y su difusión?

Lo primero suena muy bien, pero supongo que veo más factible lo segundo: un cambio de paradigma. Creo que hay maneras de avanzar hacia allá y he sido testigo de unas cuantas a partir de mi trabajo editorial. Se me ocurre por ejemplo que una de ellas es esto de la «economía del regalo» (creo que le dicen también «economía del don») era la que los bienes se intercambian al margen de la lógica del mercado, es decir, se da sin esperar algo a cambio y se recibe sin que el pago tenga que hacerse necesariamente a la misma persona. Y eso también aplica con las ideas.

Quizá el cambio de paradigma empieza justo en la construcción de una comunidad en la que la reciprocidad tome un lugar más central que el beneficio meramente económico.

¿Cuál sería tu postura como escritora/editora respecto a la forma en que actualmente se vive (corporal e intelectualmente) la literatura escrita de manera independiente?

Uf, es una pregunta que da para muchísimo. Los años que llevamos con la editorial han sido quizá los más intensivos en términos de aprendizaje de mi vida profesional, y aún así sigo teniendo muchas más preguntas que respuestas.

Para empezar, ahora tengo muy clara la importancia del trabajo colaborativo en la labor de hacer libros. Se gana mucho cuando, en ese proceso, hay diálogo entre autores, editores, diseñadores, traductores, formadores. A veces eso alenta un poco los procesos, pero se gana muchísimo.

Otra cosa que he aprendido es que resulta mucho mejor, al momento de promocionar libros, intentar hacer eventos diferentes a las presentaciones tradicionales. Es importante, creo, buscar la manera de conectar con los lectores y entrar en diálogo con ellos de una manera mucho más horizontal de lo que se hace normalmente. No hay que olvidar el poder transformador de los libros y de los temas que viajan en ellos: como editores también tenemos una responsabilidad de atender temas que son relevantes para la comunidad en las que son publicados.

Creo que la literatura independiente, por llamarla de algún modo, sigue siendo un espacio de resistencia y hay que defenderlo como tal.

Isabel Zapata (Ciudad de México, 1984) estudió Ciencia Política en el ITAM y Filosofía en la New School for Social Research. Escribe, traduce y edita. En 2015 fundó Ediciones Antílope con cuatro amigos.

Copyright, precariedad y el mundo digital (Parte 1)

Desde el #EnjambreLiterario queremos iniciar conversaciones con mujeres que se dediquen de una u otra manera a escribir. Pretendemos crear redes para reconocernos las unas a las otras, saber en qué estamos, qué hacemos, nuestras posturas y la diversidad de ideas que producen conocimiento y que hemos conocido gracias a nuestra presencia en el ciberespacio.

Como ya lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, quienes hacemos el #EnjambreLiterario estamos apostando a tomar nuestro lugar dentro del mundo digital, nos interesa todo lo que sucede y las diversas maneras en las que este espacio nos permite que nos reconozcamos las unas a las otras, porque entendemos que lo digital es una extensión de nuestros cuerpos, de las circunstancias en las que somos creadoras y lo que ha hecho posible que divulguemos nuestro trabajo, que no es poca cosa.

Nos importan diversos temas relacionados con la literatura como parte de un derecho a la cultura, que las mujeres sean partícipes y ejerzan su libertad de expresión y que su creatividad no tenga fronteras, ni físicas, ni virtuales; y que cada espacio ganado dentro de las redes sociales siga siendo nuestro y a su vez genere más espacios para otras personas. Cada experiencia es un mundo del que podemos aprender. Por ello, en esta primera tanda de mini entrevistas, me estoy acercando a escritoras que han compartido su trabajo desde plataformas virtuales: ya sea mediante el modelo de autogestión, el modelo de Creative Commons o desde otros espacios que permitan que su trabajo sea divulgado.

En esta serie de cuestionarios que nos han respondido Isabel Zapata (México), Alicia Murillo (España), Zazil Collins (México) y Wendy Treviño (Estados Unidos); les hice llegar un cuestionario estándar de preguntas en donde nos cuentan su visión sobre copyright, modelos de difusión para editoriales independientes y la ausencia de derechos laborales en el sector editorial.

Si bien son preguntas cortas y apenas son un ápice para iniciar una conversación, quise compartirlas con ustedes para que todas podamos opinar.

¿Alguna escritora que nos quiera compartir su experiencia en estos temas? Estamos abiertas a escucharlas en enjambreliterario@gmail.com

Isabel Zapata y la poesía digital

Alicia Murillo y la autogestión

Zazil Collins y el problema de la ilegalidad estatal en la literatura mexicana

Wendy Treviño: «Personalmente, odiaría que mi sueldo dependiera de mi trabajo creativo.”